IRPF – Por qué el Estado nos roba con la inflación

La cuestión de cómo la inflación y los impuestos progresivos afectan a nuestro poder adquisitivo es un tema crucial que a menudo pasa desapercibido. Es fundamental comprender cómo la interacción de estos elementos puede resultar en una suerte de «robo encubierto» por parte del Estado. En seguida te lo explicamos.

Los impuestos progresivos

Cuando nos referimos a que el Estado nos roba en periodos donde hay un escenario de fuerte inflación como el actual, nos referimos a los impuestos de tipo progresivo, es decir, a aquellos en los que el tipo impositivo aumenta a medida que lo hace la base imponible. El ejemplo más claro es el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aunque hay más, como el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISyD), o el Impuesto de Patrimonio (IP)

Todo impuesto progresivo se rige por una escala en base a la cual se establecen tramos de tributación cuyos tipos asociados van en aumento, de tal forma que los primeros euros de nuestra base imponible van al tramo más bajo y, una vez completado, se pasa al tramo siguiente, y así sucesivamente. De esta forma, si queremos añadir un importe adicional a nuestra base imponible, éste irá al tramo más alto de entre los que vayamos a tributar, al estar los de abajo cubiertos. Este último tramo es nuestro tipo marginal, mientras que el promedio de todos ellos determina nuestro tipo medio.

Añadir que en España el IRPF se cede parcialmente a las Comunidades Autónomas, motivo por el que para este impuesto existe una escala estatal y otra autonómica.

La inflación y el poder adquisitivo

Ahora bien, cuando una alta inflación aparece de forma constante en la economía empiezan a surgir los problemas. La inflación se define como el crecimiento general del nivel de precios de consumo. El incremento del nivel general de precios provoca que el dinero pierda valor, ya que si los precios aumentan con el tiempo de forma progresiva mañana podremos comprar menos productos que hoy con la misma cantidad de dinero.

Con la inflación se suelen producir subidas de salario (suficientes o no, ese es otro tema), siendo por ejemplo habitual que los Convenios Colectivos y sus tablas salariales se actualicen teniendo en cuenta los datos de inflación a efectos de paliarla. También sucede que al valer menos el dinero, y por el simple funcionamiento del mercado, que se autorregula, tendemos a vender nuestras propiedades a un precio superior, ya sean inmuebles, acciones de bolsa o cualquier otro bien o producto financiero. Con estas medidas y en estas circunstancias ¿aumenta nuestro poder adquisitivo? no, ¿aumenta nuestras bases imponibles de IRPF? sí.

La subida de impuestos encubierta

Como hemos visto antes, al aumentar nuestra base imponible aumenta nuestro tipo medio de tributación, es el principio básico por el que se rigen los impuestos progresivos. El problema es cuando el aumento de base no viene acompañado de un aumento real en nuestros ingresos disponibles. Es en este caso cuando se produce la subida de impuestos encubierta, pagamos más por lo mismo, cuantitativa y porcentualmente.

Esta situación le viene muy bien al Estado, técnicamente nadie ha aprobado un aumento de los tipos de tributación pero la recaudación se dispara a costa de una subida general de la carga fiscal de unos contribuyentes que, por otra parte, y por norma general, ignoran esta realidad (si bien es cierto que no existe gran interés en explicarla)

La deflactación del IRPF

Esta situación tiene fácil solución, consiste en deflactar el impuesto. Deflactar significa aumentar los límites que delimitan los tramos de tributación en una magnitud similar a la del aumento de precios, anulando así el efecto de la inflación sobre el impuesto. De momento sólo algunas Comunidades Autónomas han dado este paso, como son Andalucía y la Comunidad de Madrid, ¿el resto de Comunidades y el Estado? mutis por el foro.

Para que el lector se haga cargo de la situación, y a fecha de publicación de este artículo, en los tres últimos años hemos sufrido en España una inflación acumulada superior al 17%. En este caso, suponiendo un aumento equivalente sobre una base imponible de 25.000 euros, obtenemos 4.250 euros más de base. Este aumento sobre un impuesto no deflactado supone pasar de un tipo medio de tributación del 16 al 18%, si pasásemos de una base imponible de 40.000 euros a una de 46.800 (aumento del 17%) nuestro tipo medio de tributación aumentaría del 21 al 23,5%.

En resumen, es fundamental que los ciudadanos comprendan cómo la interacción entre la inflación y los impuestos progresivos puede afectar a la carga fiscal que soportan. La deflactación de impuestos es una solución justa que debería ser considerada por todas las administraciones para garantizar una tributación equitativa y proteger a los contribuyentes de un aumento de impuestos no deseado. Cuenta con MANTRICO para recibir un correcto asesoramiento fiscal y tributario.

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